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Revolución energética: La batería estructural que podría transformar aviones y móviles

Miércoles, 9 octubre 2024
Tiempo de lectura: 3 min
Avión ecofriendly usando nuevas baterías estructurales

¿Qué pasaría si las baterías no solo almacenaran energía, sino que también formaran parte de la estructura de los dispositivos que alimentan? Las baterías estructurales están redefiniendo lo que es posible en sectores como la aviación eléctrica y la tecnología móvil.

Investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers (Suecia) han creado una solución que combina resistencia y ligereza, permitiendo diseños más innovadores y sostenibles. Esta tecnología promete no solo cambiar cómo usamos la energía, sino también cómo diseñamos el futuro. ¿Estás listo para conocer esta revolución?

Baterías que redefinen los límites del transporte eléctrico

La clave de esta tecnología radica en su fabricación con fibra de carbono, un material lo suficientemente rígido como para servir como parte integral de una estructura. Según los investigadores, la batería puede funcionar como soporte estructural al mismo tiempo que almacena y suministra energía, similar al funcionamiento de un esqueleto humano.

«Hemos desarrollado una batería hecha de un compuesto de fibra de carbono tan rígido como el aluminio, pero con la densidad energética suficiente para aplicaciones comerciales», explicó Richa Chaudhary, científica de Chalmers y coautora del estudio publicado en Advanced Materials. Este avance podría ser crucial para reducir el peso de los vehículos eléctricos y aumentar su autonomía.

Nuevas posibilidades para teléfonos y aviones

Los usos potenciales de esta batería son asombrosos. Desde teléfonos móviles «del grosor de una tarjeta de crédito» hasta laptops ultraligeros, esta tecnología podría marcar el inicio de una era de dispositivos más delgados y eficientes. Según Leif Asp, investigador principal, los beneficios también son evidentes en industrias como la automotriz y la aeroespacial.

Uno de los mayores desafíos de la aviación eléctrica es encontrar baterías que combinen alta densidad energética con un diseño compacto y liviano. Las baterías estructurales podrían integrarse en el propio diseño del avión, eliminando la necesidad de compartimentos específicos y reduciendo significativamente el peso total. Sin embargo, esta integración también presenta un reto: la dificultad para reemplazar las baterías, ya que formarían parte de la estructura del vehículo.

Avances significativos en tecnología de baterías

El equipo de Chalmers ha estado perfeccionando esta tecnología durante años, logrando importantes avances desde 2018. Su primer prototipo alcanzó una densidad energética de 24 vatios-hora por kilogramo, un 20% de la capacidad de las baterías de iones de litio convencionales. La versión más reciente alcanza los 30 vatios-hora por kilogramo y, aunque todavía está por debajo de la mayoría de las baterías comerciales, ofrece beneficios únicos gracias a su funcionalidad multifuncional.

«En términos de propiedades combinadas, esta batería es la mejor jamás creada», aseguró Asp. Además, estiman que podría aumentar la autonomía de los coches eléctricos en un 70%, haciendo que esta tecnología sea especialmente prometedora para aplicaciones de transporte.

Impulsando un futuro más verde y eficiente

La tecnología de baterías estructurales no solo promete beneficios técnicos, sino que también representa un cambio de paradigma hacia una movilidad más sostenible. Al reducir el peso de los vehículos eléctricos y mejorar su eficiencia energética, se podría disminuir la dependencia de combustibles fósiles y las emisiones de carbono asociadas al transporte.

En la industria de la aviación, donde la electrificación ha enfrentado numerosos desafíos debido a las limitaciones de las baterías tradicionales, esta innovación podría ser un catalizador para el desarrollo de aviones eléctricos viables. Con menos peso y mayor autonomía, las aerolíneas podrían ofrecer vuelos más ecológicos, allanando el camino hacia un sector aéreo más limpio.

En el ámbito de la tecnología de consumo, la capacidad de integrar las baterías estructurales directamente en la estructura de un dispositivo puede revolucionar el diseño de teléfonos inteligentes, tablets y laptops. Imaginar móviles del grosor de una tarjeta de crédito o laptops ultraligeras con mayor duración de batería podría convertirse en realidad gracias a esta tecnología. Además, el ahorro en materiales y el diseño compacto podrían reducir significativamente los costos de producción y transporte.

Sin embargo, el impacto de las baterías estructurales va más allá de la eficiencia y el diseño. Estas baterías podrían desempeñar un papel crucial en la lucha contra el creciente problema de los desechos electrónicos, uno de los mayores retos ambientales de nuestra era. Al integrar la batería en la estructura del dispositivo, se reduciría el número de componentes separados, simplificando los procesos de fabricación y desmontaje. Esto no solo podría extender la vida útil de los dispositivos, sino también facilitar su reciclaje al final de su ciclo de vida, minimizando la cantidad de residuos que terminan en vertederos.

Además, al hacer que los dispositivos sean más ligeros y eficientes, las baterías estructurales podrían disminuir la necesidad de extraer materias primas críticas como el litio y el cobalto, que son esenciales para las baterías tradicionales. Esto ayudaría a reducir el impacto ambiental de la minería y a mitigar los riesgos asociados con el abastecimiento de estos materiales, como la explotación laboral y la degradación de ecosistemas. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, adoptar soluciones sostenibles como estas no solo es deseable, sino imprescindible.