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Cemento vivo que genera energía: la revolución de la construcción sostenible

Martes, 23 septiembre 2025
Tiempo de lectura: 4 min
Construcción con cemento biologico
Imagen: Freepik.es

La construcción sostenible ha dado un paso gigantesco hacia el futuro con el desarrollo del primer cemento vivo que genera energía. Este innovador material, desarrollado por científicos de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, no solo cumple la función estructural del hormigón tradicional, sino que también actúa como una batería biológica gracias a la incorporación de microorganismos vivos.

Este avance representa una auténtica revolución en la construcción, ya que combina arquitectura, biotecnología y energía renovable en un solo material. Las implicaciones de este descubrimiento son enormes: desde edificaciones autónomas que pueden generar su propia energía, hasta infraestructuras inteligentes capaces de alimentar sensores y sistemas de monitoreo sin depender de la red eléctrica convencional.

Además, el cemento vivo abre nuevas perspectivas para reducir el impacto ambiental de la construcción, un sector responsable de un alto porcentaje de emisiones de CO₂ a nivel mundial.

¿Qué es el cemento vivo que genera energía?

El cemento vivo que genera energía es esencialmente hormigón al que se le han incorporado bacterias vivas, en este caso Shewanella oneidensis, microorganismos capaces de extraer electrones de sus propias células. Esta capacidad permite que el cemento forme una red de carga interna, funcionando como un supercondensador biológico que almacena energía de manera similar a una batería.

Para que estas bacterias sobrevivan y mantengan su actividad energética, el cemento incluye un sistema microfluídico que les suministra nutrientes, vitaminas y minerales de manera continua. Este sistema también puede reactivar bacterias inactivas, restaurando hasta un 80% de la capacidad energética del material.

A diferencia de las baterías tradicionales que dependen de minerales críticos como litio o cobalto, este cemento utiliza recursos abundantes y bacterias no modificadas genéticamente, lo que lo hace escalable y ecológicamente sostenible.

Funcionamiento del cemento vivo

El mecanismo de funcionamiento del cemento vivo que genera energía se basa en la actividad metabólica de las bacterias incorporadas. Estas bacterias extraen electrones durante su metabolismo y los transfieren a una red interna dentro del cemento. Estos electrones se almacenan como energía que puede liberarse cuando se necesite, por ejemplo, para alimentar pequeños dispositivos electrónicos.

En pruebas de laboratorio, los investigadores conectaron seis bloques de este cemento y lograron encender una lámpara LED de manera sostenida, demostrando que el material puede funcionar como una fuente de energía autónoma. Además, el sistema microfluídico que nutre a las bacterias permite mantener esta capacidad de generación energética durante períodos prolongados, algo crucial para su futura aplicación en construcciones reales.

Aplicaciones potenciales del cemento vivo

El cemento vivo que genera energía tiene aplicaciones potenciales muy diversas y revolucionarias en varios sectores:

  • Edificaciones autónomas: Edificios que generan y almacenan su propia energía, reduciendo la dependencia de la red eléctrica convencional y aumentando la resiliencia ante cortes de energía.

  • Infraestructuras inteligentes: Carreteras, puentes y túneles capaces de alimentar sensores que monitoreen su estado estructural en tiempo real, detectando grietas o deterioros sin necesidad de cableado adicional.

  • Sistemas de energía renovable integrados: Integración de cemento vivo en paneles solares o sistemas de energía eólica, donde puede actuar como almacenamiento local de energía, aumentando la eficiencia y sostenibilidad de los proyectos.

  • Mobiliario urbano y sistemas de iluminación: Bancos, farolas y estructuras públicas que generan energía suficiente para alimentar iluminación LED o sistemas de información interactivos sin depender de fuentes externas.

Estas aplicaciones muestran cómo un material de construcción puede pasar de ser pasivo a activo, generando y gestionando energía de manera ecológica y eficiente.

Ventajas medioambientales y sostenibilidad

El cemento vivo que genera energía aporta ventajas ambientales muy significativas frente a los materiales tradicionales:

  1. Reducción de emisiones de CO₂: El cemento convencional es responsable de un gran porcentaje de emisiones globales de CO₂. Al incorporar bacterias que permiten generar energía, se reduce la necesidad de producir electricidad mediante combustibles fósiles.

  2. Uso de materiales abundantes: A diferencia de las baterías tradicionales, que dependen de minerales escasos y conflictivos como el litio, este cemento utiliza recursos accesibles y renovables.

  3. Regeneración biológica: Su capacidad para reactivar bacterias muertas significa que puede mantener su funcionalidad durante años, reduciendo la necesidad de reemplazo frecuente.

  4. Compatibilidad con energías renovables: Puede integrarse fácilmente con paneles solares, turbinas eólicas o sistemas de recolección de energía ambiental, contribuyendo a la construcción de edificios autosuficientes.

En conjunto, estas ventajas lo posicionan como un material clave para proyectos de construcción ecológica y sostenible, alineados con los objetivos de desarrollo sostenible y la transición energética.

Desafíos y perspectivas futuras

Aunque el cemento vivo que genera energía es prometedor, existen desafíos que deben resolverse antes de su adopción masiva:

  • Escalabilidad: La producción de cemento vivo a gran escala requiere adaptaciones en los procesos de fabricación y control de calidad para garantizar que las bacterias mantengan su viabilidad y eficiencia energética.

  • Normativas de construcción: Los códigos de edificación actuales no contemplan materiales biológicos activos, por lo que será necesario actualizar regulaciones y estándares de seguridad.

  • Durabilidad y mantenimiento: Aunque las bacterias pueden regenerarse, los sistemas microfluídicos requieren diseño cuidadoso para evitar fallas y asegurar un suministro constante de nutrientes.

  • Optimización energética: La cantidad de energía generada actualmente es suficiente para dispositivos de bajo consumo, pero se necesitan investigaciones adicionales para incrementar la capacidad de almacenamiento y el flujo energético del material.

A pesar de estos desafíos, los expertos consideran que el futuro del cemento vivo es muy prometedor. La combinación de arquitectura, biotecnología y energía renovable podría transformar radicalmente la forma en que construimos nuestras ciudades y gestionamos la energía.

Impacto en la construcción y la arquitectura

La llegada del cemento vivo que genera energía podría transformar la arquitectura de manera profunda:

  • Los arquitectos podrán diseñar edificios autosuficientes energéticamente, donde las paredes y los cimientos no solo soporten estructuras, sino que también generen y almacenen energía.

  • Las ciudades inteligentes podrán integrar este material en infraestructuras críticas, como puentes, carreteras y túneles, generando energía local para sistemas de iluminación, señalización o monitoreo ambiental.

  • Las iniciativas de vivienda ecológica encontrarán en el cemento vivo un aliado para reducir la huella de carbono y acercarse a edificios neutros en emisiones.

Este tipo de innovación convierte a la construcción en un sector más versátil, eficiente y alineado con los retos ambientales del siglo XXI.

Conclusión

El desarrollo del cemento vivo que genera energía marca un antes y un después en la construcción sostenible. Este material no solo cumple su función estructural, sino que añade la capacidad de generar y almacenar energía de forma ecológica, transformando edificios e infraestructuras en fuentes energéticas activas.

Sus aplicaciones abarcan desde edificaciones autónomas hasta infraestructuras inteligentes y sistemas integrados de energía renovable. Además, su impacto medioambiental positivo, al reducir la dependencia de minerales críticos y emisiones de CO₂, lo convierte en un recurso clave para proyectos de construcción sostenible.

Aunque aún quedan desafíos por superar, como la escalabilidad y la optimización energética, el futuro del cemento vivo es brillante. Su desarrollo representa una oportunidad única para redefinir la manera en que construimos, habitamos y gestionamos la energía en nuestro entorno.