×
NOTICIAS

Gas verde en España: una oportunidad lista para ocho millones de hogares

Jueves, 14 agosto 2025
Tiempo de lectura: 3 min
A partir de 2025, Europa ha dado un paso decisivo para acelerar la transición energética al eliminar las ayudas públicas destinadas a la instalación de calderas de combustibles fósiles. Este cambio de normativa no es un simple detalle burocrático: marca un antes y un después en la manera en que los hogares deben pensar en su abastecimiento energético. Y en este contexto, el gas verde, también conocido como biometano, surge como una de las alternativas más prometedoras.

A partir de 2025, Europa ha dado un paso decisivo para acelerar la transición energética al eliminar las ayudas públicas destinadas a la instalación de calderas de combustibles fósiles. Este cambio de normativa no es un simple detalle burocrático: marca un antes y un después en la manera en que los hogares deben pensar en su abastecimiento energético. Y en este contexto, el gas verde, también conocido como biometano, surge como una de las alternativas más prometedoras.

En España, alrededor de ocho millones de hogares ya están en condiciones de utilizar gas verde sin necesidad de hacer reformas, cambiar calderas ni invertir un solo euro. La infraestructura está preparada y las instalaciones actuales pueden funcionar con esta energía renovable de manera inmediata.

¿Qué es exactamente el gas verde?

El gas verde o biometano es una fuente de energía renovable obtenida a partir de la descomposición de residuos orgánicos. Restos agrícolas, residuos ganaderos e incluso desechos urbanos pueden transformarse, mediante procesos de digestión anaerobia, en un gas con características similares al gas natural.

La gran ventaja es que, al ser químicamente muy parecido al gas convencional, puede inyectarse directamente en las redes de distribución ya existentes. Eso significa que los hogares que actualmente tienen calderas de gas, cocinas o calentadores pueden empezar a consumir biometano sin ningún tipo de adaptación técnica.

Eficiencia, comodidad y ahorro

El atractivo del gas verde no reside solo en que sea sostenible, sino también en su practicidad. Para una vivienda con caldera de gas, el coste de transición es cero. No se requieren obras, cambios de electrodomésticos ni sustitución de la infraestructura.

Además, su uso generalizado podría generar un ahorro económico colosal. Se estima que, en el sector residencial, la incorporación del gas verde permitiría ahorrar hasta 29.000 millones de euros de aquí a 2040, gracias a la reducción de costes energéticos y a la mayor independencia respecto a los mercados internacionales de combustibles fósiles.

Otro punto fuerte es su resiliencia energética. A diferencia de la energía solar o eólica, cuya producción depende de factores climáticos, el biometano puede producirse, almacenarse y distribuirse de forma estable durante todo el año. Esto lo convierte en una pieza clave dentro de un sistema energético que busca fiabilidad y continuidad.

Ventajas más allá del hogar

Aunque el beneficio inmediato se percibe en las viviendas, el impacto del gas verde se extiende mucho más allá:

  • Industria: Sectores que dependen de altas temperaturas en sus procesos, como la siderurgia, la cerámica o la industria química, encuentran en el biometano una alternativa viable para reducir emisiones sin renunciar a su productividad. Las proyecciones indican que este cambio podría traducirse en ahorros superiores a 16.000 millones de euros hasta 2050.

  • Entorno rural: La producción de gas verde convierte residuos orgánicos en un recurso valioso. Esto no solo evita problemas de gestión de desechos, sino que impulsa la economía circular, fomenta la creación de empleo en el campo y mejora la sostenibilidad de las comunidades rurales. España, de hecho, podría aprovechar hasta 120 millones de toneladas de residuos orgánicos cada año para generar biometano.

España: un gigante dormido en el gas verde

El potencial de nuestro país es enorme, pero aún está lejos de aprovecharse. España es el tercer territorio con mayor capacidad de producción de gas verde en Europa, sin embargo, el número de plantas en funcionamiento es todavía muy reducido. Mientras países vecinos como Francia cuentan con cientos de instalaciones operativas, aquí apenas se han puesto en marcha unas pocas decenas.

La paradoja es clara: tenemos recursos, tecnología e infraestructuras, pero falta el impulso necesario para que el gas verde despegue con fuerza.

¿Por qué ya hay ocho millones de hogares listos?

La respuesta está en la infraestructura. La red de distribución de gas en España es una de las más amplias de Europa, con alrededor de 80.000 kilómetros de tuberías en funcionamiento. Esta red ya está preparada para recibir biometano, y las calderas instaladas en millones de viviendas pueden funcionar con él sin ningún tipo de modificación.

Esto significa que, en la práctica, millones de familias podrían empezar a consumir gas verde mañana mismo, con solo garantizar que esté disponible en su zona.

El reto: regulación y apoyo institucional

A pesar de las ventajas, la falta de un marco regulatorio claro frena el desarrollo del biometano. Expertos y asociaciones del sector piden medidas concretas como:

  • Establecer cuotas obligatorias de gas verde en la demanda energética.

  • Simplificar los trámites administrativos para construir nuevas plantas de producción.

  • Reconocer oficialmente al gas verde como tecnología esencial para la descarbonización del país.

Sin estas acciones, el gas verde corre el riesgo de quedar en un segundo plano, a pesar de ser una de las soluciones más prácticas y listas para aplicarse.

¿Qué podemos hacer como ciudadanos?

Aunque la gran palanca de cambio está en la regulación, los ciudadanos también podemos ser parte activa de esta transición:

  1. Informarnos y difundir: Dar a conocer la existencia y ventajas del gas verde en nuestras comunidades y entre nuestros vecinos.

  2. Exigir políticas energéticas sostenibles: Hacer llegar a partidos políticos, ayuntamientos y organizaciones nuestra demanda de un futuro energético más limpio.

  3. Participar en iniciativas colectivas: Sumarse a plataformas y asociaciones que promuevan la transición energética puede multiplicar el impacto de la presión ciudadana.