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Refrigeración pasiva en centros de datos: el nuevo estándar hacia una infraestructura digital sostenible

Lunes, 16 junio 2025
Tiempo de lectura: 3 min
Sistema de refrigeración en centro de datos
Imagen: Pixabay.com

En la era de la digitalización acelerada, los centros de datos son el corazón de la infraestructura tecnológica global. Son responsables de almacenar y procesar los datos que sustentan desde las redes sociales hasta los servicios en la nube, pasando por inteligencia artificial, plataformas de streaming, transacciones financieras y sistemas gubernamentales. No obstante, esta revolución digital conlleva un impacto ambiental significativo, especialmente en términos de consumo energético y uso de agua.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), los centros de datos representaron en 2022 alrededor del 1-1,3 % del consumo eléctrico global, una cifra que se espera aumente a medida que crecen los servicios digitales y la inteligencia artificial generativa. Parte importante de ese consumo proviene de los sistemas de refrigeración, diseñados para evitar el sobrecalentamiento de los equipos.

El problema: refrigeración activa intensiva en recursos

Los sistemas tradicionales de refrigeración en centros de datos se basan principalmente en técnicas activas: aire acondicionado industrial, enfriamiento líquido o torres de evaporación. Estas soluciones no solo requieren grandes cantidades de energía eléctrica, sino también agua, especialmente en climas cálidos y húmedos. Por ejemplo, un centro de datos de 15 megavatios puede llegar a consumir hasta 360.000 litros de agua al día para refrigeración, según Uptime Institute.

Además, en regiones con escasez hídrica como California, Emiratos Árabes Unidos o algunas zonas del sur de España, este modelo se vuelve insostenible. Las emisiones de carbono asociadas al uso de electricidad de fuentes fósiles agravan aún más la huella ambiental de esta infraestructura.

La alternativa: refrigeración pasiva basada en principios naturales

Frente a estos retos, investigadores y empresas tecnológicas están apostando por una alternativa: la refrigeración pasiva, una técnica que minimiza o elimina el uso de energía eléctrica en el proceso de disipación del calor. Estas soluciones se basan en:

  • Convección natural: uso del movimiento natural del aire para extraer el calor.

  • Radiación térmica: emisión de calor a través de ondas infrarrojas hacia el entorno.

  • Enfriamiento radiativo al cielo: técnica que disipa calor directamente hacia el espacio mediante radiación infrarroja, incluso bajo la luz solar.

  • Materiales reflectantes y aislantes avanzados: que reducen la absorción de calor externo y mejoran la eficiencia térmica.

Un ejemplo notable es el proyecto de la Universidad de California en San Diego (UC San Diego), donde se ha desarrollado un revestimiento especializado que refleja el 95 % de la radiación solar y emite calor infrarrojo hacia la atmósfera. Esto permite enfriar estructuras sin usar electricidad, incluso a plena luz del día. Esta técnica, llamada radiative sky cooling, se inspira en fenómenos naturales de enfriamiento nocturno que ocurren en zonas desérticas.

Resultados prometedores y beneficios concretos

Las pruebas piloto realizadas con esta tecnología han mostrado reducciones de temperatura de entre 4 y 10 grados Celsius, lo que puede traducirse en hasta un 35 % menos de consumo energético en climatización. Además, al reducir o eliminar el uso de torres de evaporación, también se logra un ahorro hídrico significativo.

Entre los principales beneficios destacan:

  • Reducción del consumo eléctrico total

  • Ahorro sustancial de agua potable

  • Disminución de emisiones de CO₂

  • Menores costes operativos a largo plazo

  • Mayor resiliencia frente a crisis energéticas o hídricas

Casos reales y adopción por grandes tecnológicas

Empresas líderes como Google, Microsoft y Meta ya están explorando e implementando estrategias pasivas en algunos de sus centros de datos. En Suecia, Microsoft opera centros de datos que aprovechan el clima frío y la ventilación natural para minimizar el uso de sistemas activos. En Singapur, el gobierno ha comenzado a regular el uso de agua en instalaciones tecnológicas, lo que ha acelerado la adopción de soluciones híbridas y pasivas.

En India y Medio Oriente, donde las temperaturas extremas y la escasez hídrica son desafíos constantes, se están evaluando estas tecnologías como parte de los nuevos estándares de diseño.

Complemento ideal de las energías renovables

Una ventaja clave de la refrigeración pasiva es que se integra fácilmente con otras soluciones sostenibles. Al requerir menos energía, mejora la eficiencia global de sistemas alimentados con paneles solares, baterías o microredes. También facilita el diseño de centros de datos modulares o ubicados en zonas remotas, donde el acceso a energía convencional es limitado.

La combinación de refrigeración pasiva, energía renovable y arquitectura bioclimática representa el futuro de los centros de datos neutros en carbono.

Desafíos por resolver

Aunque la tecnología es prometedora, aún enfrenta barreras para su adopción masiva:

  • Costes iniciales de implementación

  • Limitaciones geográficas (su efectividad varía según clima)

  • Necesidad de rediseñar infraestructuras existentes

  • Desconocimiento o falta de estándares comunes

Sin embargo, iniciativas como el Climate Neutral Data Centre Pact en Europa y certificaciones como LEED, Energy Star for Data Centers y ASHRAE están impulsando prácticas más sostenibles mediante incentivos y regulaciones.