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Gilbert, el pez robot que combate los microplásticos y protege nuestros ecosistemas acuáticos

Jueves, 8 mayo 2025
Tiempo de lectura: 3 min
Pez robot Gilbert

GUILDFORD, Inglaterra — En un inspirador ejemplo de cómo la tecnología puede contribuir activamente a la sostenibilidad, un pez robot que limpia microplásticos ha sido elegido como ganador del Concurso de Robótica Natural organizado por la Universidad de Surrey. Este certamen internacional abrió sus puertas al público general, invitando a presentar propuestas de robots bioinspirados con un impacto positivo en el medioambiente.

El diseño ganador, llamado Gilbert, destaca por su enfoque innovador y sostenible en la lucha contra la contaminación por plásticos en ríos y lagos. Este pez robot que limpia microplásticos no solo simboliza una solución tecnológica avanzada, sino que también ha sido construido con materiales de bajo impacto y accesibles, como la impresión 3D, reforzando así su compromiso con un desarrollo responsable y ecológico.

Tecnología al servicio del medioambiente

La propuesta ganadora fue ideada por Eleanor Mackintosh, estudiante de química con un profundo compromiso ecológico. Su diseño se basa en el funcionamiento de las branquias de los peces, que filtran el oxígeno del agua. Eleanor adaptó esta capacidad natural para crear un sistema que retiene microplásticos presentes en lagos, arroyos y otros cuerpos de agua dulce.

“Quería que mi diseño reflejara una forma activa de restaurar el medioambiente acuático, y pensé en las branquias como un modelo de filtración eficiente y natural”, comentó Mackintosh. El sistema que desarrolló permite que el agua entre por la boca del pez, mientras las branquias permanecen cerradas. Luego, al cerrarse la boca y abrirse las branquias, el agua es expulsada a través de un filtro de malla, atrapando los microplásticos en su interior.

Este enfoque bioinspirado demuestra cómo observar a la naturaleza puede guiarnos hacia soluciones sostenibles de ingeniería, en vez de depender de modelos energéticamente intensivos o materiales contaminantes.

De una idea a una solución tangible

Una vez seleccionado el diseño ganador, el equipo de la Universidad de Surrey —liderado por el Dr. Robert Siddall, especialista en robótica y profesor de ingeniería aeroespacial— se puso manos a la obra para convertir el concepto en una realidad funcional.

“Nos impusimos una regla esencial: el robot debía ser accesible. Usamos tecnologías de bajo coste como la impresión 3D y componentes electrónicos comunes, para que cualquier persona con los medios adecuados pueda replicarlo localmente”, explicó Siddall.

El proceso, sin embargo, no estuvo exento de desafíos. El primer prototipo sufrió una filtración de agua que dañó toda la electrónica. Pero, tras varias iteraciones y pruebas, Gilbert pudo ser ensamblado y probado con éxito.

Innovación abierta y colaborativa

Uno de los grandes méritos del proyecto Gilbert es su filosofía de código abierto. Actualmente, cualquier persona con acceso a una impresora 3D puede construir su propia versión del pez robot y contribuir a la limpieza de cuerpos de agua cercanos. Esta democratización de la tecnología representa un paso crucial hacia una ciudadanía más activa y comprometida con la protección ambiental.

El equipo está trabajando en mejoras continuas, incluyendo la creación de una estación base donde el robot pueda acoplarse, entregar muestras recogidas y recargarse. Además, se están desarrollando algoritmos para que Gilbert pueda operar de manera autónoma, sin necesidad de conexión continua a una fuente de energía.

Un enfoque estratégico: ecosistemas de agua dulce

Aunque el plástico marino es uno de los problemas ecológicos más visibles, Siddall y su equipo han decidido concentrarse en lagos y arroyos. “Existe una gran falta de datos sobre la salud de estos ecosistemas en comparación con los océanos, y además, los microplásticos suelen ingresar al sistema acuático a través de ríos y fuentes continentales”, explicó.

Gilbert está diseñado para operar en ambientes poco profundos, por lo que su intervención puede resultar crucial en las fases iniciales de la cadena de contaminación. Este enfoque preventivo tiene un enorme potencial en políticas de saneamiento y conservación del agua dulce.

El futuro de Gilbert: hacia una flota ecológica de robots

Actualmente, el robot se utiliza en entornos controlados, pero el equipo de investigación está en conversaciones con varias fundaciones de conservación de la naturaleza para lanzar misiones piloto. La visión es clara: crear una flota de robots autónomos que monitoricen la salud del agua y eliminen residuos plásticos en tiempo real, todo con un enfoque ético y ecológico.

“El objetivo no es solo eliminar residuos, sino también empoderar a las comunidades locales con herramientas tecnológicas que les permitan participar en la restauración de sus entornos naturales”, concluyó Siddall.

Hacia una robótica regenerativa y responsable

Gilbert es mucho más que un robot: es una manifestación tangible de cómo la tecnología puede ser diseñada con principios ecológicos y participativos. En un mundo donde el desarrollo tecnológico suele ir de la mano con el consumo de recursos, proyectos como este abren la puerta a un paradigma diferente: el de la innovación regenerativa, donde cada avance busca reparar y proteger, en lugar de explotar y agotar.

Desde hogarecofriendly.com, celebramos este tipo de iniciativas que promueven un futuro más limpio, justo y resiliente. Porque la verdadera sostenibilidad no solo se construye desde los hogares, sino también desde la ciencia, la educación y el compromiso social.